domingo, 7 de mayo de 2017

Apariciones marianas en Laus, Francia

Nada mejor que Mayo, el mes de María, para escribir una nueva entrada. Continuamos con nuestro viaje por las apariciones marianas más representativas y nos trasladamos a Francia.
El domingo 4 de mayo de 2008, el obispo de Gap (Francia) anunciaba durante una Misa celebrada en la villa alpina de Laus, la aprobación oficial de la Iglesia de las apariciones marianas atestiguadas en esta villa de los altos Alpes franceses por la vidente Benoîte Rencurel entre 1664 y 1718. Eran las primeras apariciones marianas reconocidas oficialmente en el siglo XXI por el Vaticano.
«Nadie está obligado a creer en las apariciones, incluso en aquellas reconocidas oficialmente; pero si son una ayuda en nuestra fe y nuestra vida diaria ¿Por qué habría que rechazarlas?», señaló entonces monseñor Jean-Michel di Falco, que animó a los fieles a orar en el santuario de Nuestra Señora de Laus. El lugar ya atraía entonces a unos 120.000 peregrinos al año.
Benoîte Rencurel era una joven pastora analfabeta de 17 años cuando al parecer se le presentó la Virgen con el niño sobre un peñasco. Durante cuatro meses se le mostraría cada día conversando con familiaridad y sencillez con ella. Benita se lo relató a la dueña del rebaño, que no le creyó en un principio, pero la siguió en secreto hasta el valle de Fours. No logró ver a la Virgen pero sí oyó sus palabras, advirtiéndole de que tenía una mancha en la conciencia y debía hacer penitencia. La necesidad de conversión sería el mensaje fundamental que dejaría la Virgen a Benita.
El 29 de agosto, la Virgen se presentaría a Benoîte : «Mi nombre es María». Seguiría viendo a menudo a la Virgen en Laus durante el invierno de 1664-1665, mientras se difundía entre la gente la noticia de las apariciones.
La autoridad diocesana reconoció las apariciones el 18 de septiembre de 1665, cuando Benoîte tenía dieciocho años, y comenzó la construcción de una iglesia para los peregrinos cada vez más numerosos que deseaban convertirse.
Desde los orígenes de las peregrinaciones, «las curaciones físicas y morales fueron reconocidas en gran número, especialmente por las unciones del aceite de la lámpara del Santuario aplicadas con fe, según el consejo que la Virgen María misma ofreció a Benoîte».
Benoîte, que se convirtió en miembro de la Tercera Orden dominica. murió a los 71 años. Reconocida como «venerable» por el Papa Benedicto XVI, está en proceso de beatificación.
Fuerteventura, 7 de Mayo de 2017


Apariciones marianas en Ezquioga

Recupero una entrada publicada en mi web, www.cienciasocultas.info , con una de las apariciones de la Virgen María, que con el paso del tiempo ha quedado en el olvido, la Aparición de La Virgen en Ezquioga. En este Blog, quiero hacer un pequeño homenaje a esos Visionarios que acabaron sus días en el Psiquiátrico de Mondragón.
Las apariciones de la Virgen en Ezquioga tuvieron mucho eco en la época en la que ocurrieron, aunque con posterioridad se ha tratado de cubrir un tupido velo sobre ellas. Comenzaron el 30 de junio de 1931 cuando los hermanos Bereciartua vieron por primera vez a la Virgen. La noticia corrió como la pólvora y millares de personas comenzaron a acudir en peregrinación a la campa donde se había aparecido la virgen. Las apariciones se multiplicaron, se dieron las llamadas visiones místicas, proverbialmente estudiadas por la teología mística, pero enseguida interpretadas como casos de histerismo, espasmos y pérdidas de conocimiento propios de un ambiente de enorme fervor religioso. Este esquema sería el mismo que ya fuera aplicado al caso de Fátima, si bien entonces, y gracias al apoyo eclesiástico, no prosperó a pesar de la violenta oposición gubernamental. En este caso, tras unas primeras semanas en las que algunos sacerdotes dirigían los rezos, fueron obligados a retirarse, excepto en algún caso no sometido a obediencia diocesana.
Los médicos del psiquiátrico de Santa Águeda verificaron las siguientes posibilidades, conforme a la terminología de entonces: Obsesión, alucinación, mitomanía, delirio, demencia, idiotismo, cretinismo, concluyendo normalidad, y por tanto no necesidad de internamiento. Sin embargo, una vez acabada la guerra civil, varios videntes pasarían a condena psiquiátrica de por vida, enviados por el poder vencedor. Todos los sectores, tanto eclesiásticos como políticos, antes y después de la guerra, es decir, sectores por completo enfrentados, coincidieron sin embargo en la "inconveniencia" de Ezkioga.
Los visionarios tuvieron verdaderos raptos místicos, conforme a los criterios teológicos, pero también serían objeto de manipulación, siendo deslumbrados fácilmente, como aldeanos que eran, cuando los trasladaban a los ambientes de la gran sociedad, que los tomaba como objeto de espectáculo y misticismo trivial.
Las apariciones de Ezquioga fueron afrontadas por la autoridad eclesiástica con inicial prevención en tanto se comprobaban las fuentes del fenómeno, y enseguida esa actitud pasó a la de franca oposición oficial, como es habitual en estos casos, el clero se mantuvo distante, o bien algunas de sus figuras utilizaron todo el poder de su erudición, encabezados por el padre Laburu S.J., como de los sectores republicanos de la sociedad de la época, siendo más activos en la persecución los primeros que los segundos.
El hispanista católico irlandés Walter Starkie visitó Ezquioga cuando las apariciones estaban su momento de máximo auge y dedicó un capítulo entero de su libro Spanish Raggle-Taggle a los sucesos de Ezquioga. Después de analizar las historias que le contaron y de ver los hechos que allí ocurrían, concluyó bastante convencido que grupos derechistas y tradicionalistas estaban utilizando los sucesos de Ezquioga como herramienta política en su lucha contra la laica Segunda República Española, que se había proclamado dos meses antes de iniciarse las apariciones. Algunos de los mensajes que supuestamente había dado la Virgen a los videntes hablaban de una inminente guerra.
Las autoridades de la diócesis, con el obispo Mateo Múgica al frente, fueron posicionándose progresivamente en contra de las apariciones llegando a perseguirlas activamente y reclamando incluso la intervención del estado para ello. El motivo aparente de dicha oposición fue que las autoridades eclesiásticas constataron una falta de evidencia sobrenatural en las apariciones. Otras causas más terrenales fueron que las autoridades eclesiásticas temieron verse enredadas en algún tipo de conspiración política y el rechazo que causaba entre los sectores nacionalistas vascos del clero la orientación política de sesgo españolista que entendían estaba tomando el movimiento de Ezquioga. En 1933 la Iglesia prohibió primero la construcción de una basílica que se proyectaba en Ezquioga y declaró finalmente tras más de dos años del inicio de las apariciones que están eran falsas. A partir de 1934, debido al rechazo institucional de la Iglesia el movimiento surgido en torno a Ezquioga fue languideciendo. Tanto la Iglesia como las autoridades republicanas estaban interesadas en cortar el movimiento y Ezquioga se convirtió en un lugar muy poco frecuentado y casi proscrito. Sin embargo, pequeños grupos de creyentes han mantenido su fe en las apariciones hasta hoy en día. Algunos católicos piensan que, a pesar de todo, las apariciones fueron auténticas. Consideran importante el hecho de que estas apariciones se ajustan al esquema histórico de las apariciones marianas, que suelen incluir advertencias previas de grandes cataclismos y derramamientos de sangre, como ocurrió en este caso en el que se anunció una guerra inminente en un plazo de 5 años que se cumpliría a la letra Guerra Civil Española.
En 2001 Manuel Gutiérrez Aragón dirigió la película Visionarios basada en los hechos de Ezquioga. Previamente había sido tema de una novela de igual título de Pío Baroja.


Fuerteventura, Mayo de 2017

miércoles, 21 de diciembre de 2016

Aparición de Andrea delle Fratte, Italia



Esta es una de las Apariciones aprobadas por la Iglesia y esta es su historia. Como «infiel radical» describe la Enciclopedia Católica al judío Alfonso de Ratisbonne. «Se mofaba de la religión - y después de la conversión de su hermano Teodoro - fue un violento enemigo de todo lo católico» hasta que durante su viaje en Roma fue testigo de una aparición de la Virgen y se convirtió al catolicismo.
El 20 de enero de 1842, al entrar en la iglesia de S. Andrea delle Fratte acompañando a su amigo el barón Teodoro De Bussière que iba a encargar una misa de funeral, tuvo una visión de la Virgen con el aspecto de la medalla milagrosa. «La Virgen no pronunció ninguna palabra, pero yo lo comprendí todo... experimenté un cambio tan completo que creí ser otro, la alegría más ardiente brotó del fondo de mi alma; no podía hablar... no sabría dar cuenta de las verdades de las cuales había adquirido conocimiento y fe. Todo lo que puedo decir es que cayó el velo que tenía ante los ojos; no un solo velo, sino que se desvaneció la multitud de velos que me rodeaba... salí de un abismo de tinieblas», relató durante el proceso canónico que corroboró en 1842 lo sobrenatural del hecho.
Se ordenó sacerdote en 1847 y entró en la Compañía de Jesús. Años después dejaría a los jesuitas para unirse a su hermano Teodoro, también sacerdote, a los Religiosos de Nuestra Señora de Sión. El resto de su vida trabajaría en Tierra Santa en la conversión de judíos y musulmanes y allí construiría diversos conventos, escuelas y orfanatos.
Fuerteventura, 21 de Diciembre de 2016

Virgen de la Barca, Muxía



Nos acercamos a Navidad y aprovecho para desear unas Felices Fiestas y un Próspero Año Nuevo  a todos los lectores. Viajamos en Diciembre a Galicia, Tierra Mágica por naturaleza y a una aparición que se encuentra entre la tradición y la leyenda.
Una de las apariciones de la Virgen, aparte de Zaragoza y Pontevedra, que ocurrieron en España cuando ella todavía estaba en vida (es decir, practicaba la bilocación o tenía la capacidad de estar en dos lugares a la vez, así como muchos santos… y no tan santos) es la acontecida en Muxía, localidad perteneciente a la gallega provincia de La Coruña.
Este lugar destacado de la geografía mariana está presidido por el santuario de la Virgen de la Barca y bañado casi por las olas atlánticas al encontrarse en la orilla de dicho océano. Se la alude como Virgen de la Barca por la historia de la aparición de la Virgen en este mismo lugar al mismísimo Apóstol Santiago, con el que guardaba una gran amistad y aprecio según queda mostrado en sus constantes ánimos que le da en el viaje del Apóstol sobre todo en la Hispania de la época.
Según cuenta la tradición, que nunca se debe de olvidar, el Apóstol Santiago se encontraba en las tierras gallegas en la frontera del mundo conocido en esos tiempos. Estaba un tanto alicaído y triste, ya que no conseguía apenas seguidores de la nueva religión cristiana en la Península. Melancólico, Santiago se hallaba sentado viendo el océano Atlántico tan abismal en medio de una tormenta.
La tristeza de repente se vio interrumpida por algo. En medio de la tormenta vio cómo una especie de barca se acercaba a la costa. Pero no era una embarcación cualquiera, sino que estaba hecha por piedras.
En esta barca iba a bordo ni más ni menos que la Virgen, que se acercaba a para dar ánimos a su amigo Santiago como ya lo haría en Zaragoza encima de ese pilar (de ahí Virgen del Pilar y su Basílica), en aquellos momentos oscuros del alma del Apóstol.

Al dar el mensaje de ánimo, de decirle que su misión en Hispania ya había acabado, Santiago decidió levantar en ese mismo lugar, en Muxía, un santuario para rendirla culto por su ayuda.
Además se cuenta que la barca de piedra que transportaba a la Virgen se quedó allí en forma de dos piedras: la piedra de Abalar y la piedra de Cadrís, que se dice de ellas que guardan poderes de sanar y capaces de obrar milagros.

Piedra de Abalar
La Piedra de Abalar se cuenta que emite un ruido poco habitual, como si gritase, cuando alguien el que sube a ella está libre de pecados. Además si la usas de cama, puede curarte la esterilidad.
La Piedra de Cadrís según la tradición tiene la capacidad milagrosa de curar aquellos males renales y el lumbago a aquellos que pasen 10 veces por debajo de ella.
El santuario de la Virgen de la Barca fue víctima el día de Navidad de 2013 del impacto de un rayo y se quemó muchas de las cosas que había en él. Ahora mismo se trata de reconstruir para que esta maravillosa historia digna de la España más mágica pase a las siguientes generaciones.
Fuerteventura, 21 de Diciembre de 2016

domingo, 28 de agosto de 2016

La Virgen de Monserrat, Cataluña



Como recordábamos en la entrada anterior del Blog, nos toca visitar Monserrat y a su Virgen, la imagen, tallada en madera, es un buen ejemplo del arte románico. La estatua está sentada y mide 95 cm., un poco más de tres pies de altura. De acuerdo con el estilo románico, la figura es delgada, de cara alargada y delicada expresión. Una corona descansa sobre la cabeza de la Virgen y otra adorna la cabeza del Niño Jesús, que está sentado en sus piernas. Tiene un cojín que le sirve de banquillo o taburete para los pies y ella está sentada en un banquillo de patas grandes, con adornos en forma de cono.
El vestido consiste en una túnica y un manto de diseño dorado y sencillo. La cabeza de la Virgen la cubre un velo que va debajo de la corona y cae ligeramente sobre los hombros. Este velo también es dorado, pero lo realzan diseños geométricos de estrellas, cuadrados y rayas, acentuadas con sombras tenues. La mano derecha de la Virgen sostiene una esfera, mientras la izquierda se extiende hacia adelante con un gesto gracioso. El Niño Jesús está vestido de modo similar, por su puesto, con excepción del velo. Tiene la mano derecha levantada, dando la bendición, y la izquierda sostiene un objeto descrito como un cono de pino.



Casi toda la estatua es dorada, excepto la cara y las manos de la Virgen, y la cara, las manos y los pies del Niño. Estas partes tienen un color entre negro y castaño. A diferencia de muchas estatuas antiguas que son negras, debido a la naturaleza de la madera o a los efectos de la pintura original, el color oscuro de Ntra. Sra. de Montserrat se le atribuye a las innumerables velas y lámparas que se han encendido ante la imagen día y noche.

Con el transcurso del tiempo el humo se ha ido introduciendo en la figura, ennegreciéndola gradualmente. Por esto la llaman por cariño La Morenita. En virtud de esta coloración, la Virgen está catalogada entre las Vírgenes Negras, y la estatua goza de gran estima como un tesoro religioso y por su valor artístico.
Origen
No se sabe nada acerca del origen de la estatua, aunque cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar. Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se construyó el monasterio de hoy en día.
Esta leyenda no se ha podido confirmar. También se cree que los primeros monjes del lugar consiguieron una estatua que fuera de acuerdo con la iglesia románica original. Se cree que dicha estatua es la misma que ahora se venera y que fue puesta cerca del retablo o contra una pared, ya que lo negro de la estatua no está cuidadosamente distribuido.
La estatua está ubicada en lo alto de la pared de una alcoba que queda detrás del altar principal. Directamente detrás de esta alcoba y de la estatua se encuentra un cuarto grande, llamado el Camarín de la Virgen. Este camarín puede acomodar a un grupo grande de personas, y desde ahí se puede rezar junto al trono de la Stma. Madre. A este cuarto se llega subiendo una monumental escalera de mármol, decorada con entalladuras y mosaicos.
Badalona, Mayo 2002

Buscando a María, Apariciones Marianas



Lourdes, Marzo 2004

Gracias a mi trabajo, durante más de diez años he tenido la posibilidad de recorrer España de norte a sur y de este a oeste en innumerables ocasiones. Aprovechando el tiempo libre para visitar los diversos centros de peregrinación más representativos de la geografía peninsular e insular. Desde Candelaria, en Canarias hasta Covadonga, en Asturias. Desde Galicia, mi tierra natal, hasta la Virgen de la Peña, en Fuerteventura, la tierra que me acoge desde el 2005. Desde el Rocio, en Andalucía, hasta Monserrat en Cataluña. 
Recuerdo como si fuera ayer las excursiones de fin de semana desde San Sebastián- Donosti hasta el Santuario de Lourdes, Sur de Francia y las escapadas a Fátima, en Portugal, cada vez que tenía un hueco en la Agenda. No voy a describir lo maravilloso de sus paisajes, ni la energía que se respira en todos ellos, ni las sensaciones vividas en cada sitio, sensaciones muy diferentes y sentimientos antagónicos, para que negarlo, en algún caso.
Investigando, grabando, fotografiando y recopilando multitud de documentos y testimonios sobre las apariciones Marianas. Los años van pasando, pero mi búsqueda de María no cesa. Nuestra próxima parada, Monasterio de Monserrat.
Fuerteventura, 28 de Agosto de 2016